Last Updated on 18 de octubre de 2024 by Euclides A. Salazar C.
La costra láctea es una afección cutánea común en los recién nacidos que puede causar preocupación en los padres primerizos. Aunque generalmente no es grave ni contagiosa, entender qué es y cómo manejarla puede ayudar a aliviar tus inquietudes y asegurarte de que tu bebé esté cómodo. En esta guía completa, exploraremos qué es la costra láctea, sus posibles causas, y te proporcionaremos consejos prácticos para tratarla de manera efectiva.
Tabla de Contenido
¿Qué es la costra láctea?
La costra láctea, o dermatitis seborreica infantil, es una condición cutánea que afecta a muchos bebés. Se manifiesta como escamas amarillentas o blancas en el cuero cabelludo del bebé, y puede extenderse a las cejas, detrás de las orejas y otras áreas del cuerpo. Aunque puede parecer similar a la caspa en los adultos, no es una enfermedad contagiosa ni peligrosa.
Causas de la costra láctea
La causa exacta de la costra láctea no se comprende del todo, pero se cree que está relacionada con la producción excesiva de sebo por las glándulas sebáceas del cuero cabelludo. Factores que pueden contribuir incluyen:
- Producción excesiva de sebo: La costra láctea está asociada con la producción excesiva de sebo por las glándulas sebáceas del cuero cabelludo. Este sebo se mezcla con células muertas de la piel y forma escamas.
- Cambios hormonales: Las hormonas maternas transmitidas al bebé durante el embarazo pueden estimular las glándulas sebáceas, contribuyendo a la producción excesiva de sebo.
- Predisposición genética: Algunos bebés pueden tener una predisposición hereditaria a desarrollar costra láctea.
- Reacciones a productos de cuidado: Los productos para el cuidado del cabello o la piel del bebé, como champús o lociones, pueden causar irritación y contribuir al desarrollo de la costra láctea.
Foto de Engin_Akyurt
Síntomas de la costra láctea
Es importante reconocer los síntomas de la costra láctea para proporcionarle a tu bebé el tratamiento adecuado. Los síntomas comunes incluyen:
- Escamas amarillentas o blancas: Estas escamas se encuentran principalmente en el cuero cabelludo, pero también pueden aparecer en otras áreas con piel grasa.
- Piel enrojecida e inflamada: La piel afectada puede volverse roja e inflamada, aunque no suele causar dolor significativo.
- Escamas secas o grasosas: La costra láctea puede variar en su apariencia, desde escamas secas y polvorientas hasta más grasosas y adheridas.
Consejos para tratar la costra láctea
Aquí tienes algunos pasos prácticos para manejar la costra láctea de tu bebé:
- Lavar suavemente: Lava el cuero cabelludo del bebé con agua tibia y un champú suave específico para bebés. Evita frotar vigorosamente para no agravar la irritación.
- Masajear con aceite: Aplica aceite vegetal o mineral en las áreas afectadas. Deja actuar el aceite durante unos 15 minutos para aflojar las costras antes de lavar el cabello.
- Cepillar delicadamente: Usa un cepillo suave o un peine de dientes anchos para eliminar las escamas sueltas. Hazlo con suavidad para evitar dañar la piel del bebé.
- Evitar rascar: Aunque pueda ser tentador, rascar las costras puede causar irritación o infección. Resiste la tentación y enfócate en tratamientos suaves.
- Consultar al pediatra: Si la costra láctea persiste o se agrava, busca consejo médico. El pediatra puede recomendar champús especiales o cremas medicadas.
Fuente: Costra láctea en bebés: qué es, cómo tratar y cuándo aparece
¿Cuándo buscar ayuda médica?
La costra láctea suele ser una condición benigna que se resuelve por sí sola con el tiempo. Sin embargo, es importante consultar al pediatra si:
- La costra láctea no mejora con el tratamiento en casa.
- Aparecen signos de infección, como enrojecimiento, pus o dolor.
- Se extiende a otras áreas del cuerpo o causa malestar significativo en el bebé.
¿Qué esperar?
Con los cuidados adecuados, la costra láctea de tu bebé debería mejorar en unas pocas semanas. La condición no suele tener efectos a largo plazo y generalmente desaparece por sí sola a medida que el bebé crece.
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